Declararon una hermana y compañeros de militancia de Cambiaso: "Osvaldo fue torturado"
Ethel Cambiaso, hermana del militante peronista secuestrado en Rosario y asesinado en provincia de Buenos Aires sobre el final de la última dictadura, dijo este miércoles en el juicio oral que investiga esos hechos que su hermano no se había golpeado antes de ser “chupado” y que las marcas que aparecieron en su cuerpo “fueron torturas pre mortem”.
La mujer declaró este miércoles como testigo en el juicio oral por delitos de lesa humanidad que se les sigue al último presidente de facto, Reynaldo Bignone, y al ex comisario bonaerense Luis Patti, entre otros diez acusados, por las muertes de Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, ocurridas en mayo de 1983.
Ethel Cambiaso contó que se enteró de la muerte de su hermano cuatro días después, mientras participaba en Rosario de una marcha multipartidaria para reclamar su aparición con vida.
La hermana de El Viejo Cambiaso, como lo conocían sus compañeros, dijo que no había sufrido golpes antes de ser secuestrado, el 14 de mayo de 1983, del bar Mangum de Rosario, junto a Carlón Pereyra Rossi.
“Esas fueron torturas pre mortem que (en la autopsia) decía hechas con un objeto romo, como que se había desplazado con los codos, con las piernas arrodillado”, relató ante el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) de Rosario. Aclaró que el cuerpo de Cambiaso “no tenía pasaje de picana eléctrica” pero que “eso sé que lo tenía el compañero”, por Pereyra Rossi.
Ambos dirigentes justicialistas militaban en Intransigencia y Movilización, el espacio del peronismo liderado por el caudillo catamarqueño Vicente Saadi sobre el final de la dictadura, en pos de reacomodarse al regreso de la vida democrática mediante la convocatoria electoral para octubre de ese año.
Pereyra Rossi era integrante de la conducción de Montoneros y había regresado por ese tiempo al país, mientras que Cambiaso había sido liberado un año antes luego de estar preso desde 1975.
De acuerdo a la investigación, fueron secuestrados en Rosario y tras ser sometidos a torturas en un galpón ubicado en las afueras de esta ciudad, fueron entregados a una patrulla del Comando Radioeléctrico de Tigre al mando de Luis Patti.
Sus cuerpos aparecieron baleados en un camino rural cercano a la localidad bonaerense de Lima y la policía emitió un comunicado que hizo aparecer los crímenes como “un enfrentamiento”.
Ethel Cambiaso declaró hoy que su hermano militaba abierta y públicamente y que el retorno del proceso democrático “lo tenía febrilmente ocupado por que querían entrar en las elecciones y volver a la democracia”.
“¿Tenia lógica alguna esta posibilidad de enfrentamiento con fuerzas policiales?”, le preguntaron durante su declaración. “No, para nada, por qué se iba a enfrentar si él actuaba transparentemente”, respondió.
En la audiencia de hoy también declaró Stella Ceresetto, que mantuvo una relación amorosa con Pereyra Rossi antes de su secuestro en Rosario.
“Yo veía que había un clima de distensión en expectativa a las elecciones. Tenían una actitud de descuido. Yo jamás vi un arma todo el tiempo que estuve con él”, testimonió. Hugo Basso, también militante de Intransigencia y Movilización por aquellos años, negó que tuviera lógica la versión oficial del enfrentamiento.
“De ninguna manera, porque no estaban armados. Ellos no andaban armados, ya hacia un tiempo que no iban armados, a Osvaldo nunca lo vi armados, a Carlón sí pero hacia un tiempo que ellos no iban armados, un enfrentamiento es imposible”, dijo ante el tribunal.
Y especuló: “Yo supongo que estando en el bar hubieran intentado resistirse con las armas”.
Por último, el militante radical Julio Dileo, que se reunía con Cambiaso en 1983 para discutir políticamente la reapertura democrática tras el fracaso militar en Malvinas, dijo que la interpretación que se hizo entonces del hecho fue que “estaba destinado a condicionar el proceso democrático, no sé si a impedirlo pero sí a condicionarlo”.