Juicio Díaz Bessone: “El cura Zitelli justificaba la tortura”

Este martes se retomaron las audiencias por el juicio contra la patota de la dictadura que condujo el comandante de Gendarmería Agustín Feced. Siete sobrevivientes ofrecieron sus testimonios ante el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario –ubicado en Oroño 940–, donde se juzga a seis imputados de graves delitos de lesa humanidad. Beatriz Belleti, una de las sobrevivientes, se quebró cuando explicó a los jueces que estaba ahí por los que no tienen voz, los desaparecidos y asesinados”. Dos testimonios complicaron al cura Eugenio Zitelli.


Uno de los testimonios más impactantes que se escuchó ayer fue el de Beatríz Belleti, quien afirmó que durante 34 años guardó un silencio absoluto de lo que le había ocurrido, pero que ahora entendía que tenía sentido declarar, “por los que no tienen voz, por los desaparecidos y asesinados”, aclaró, al tiempo que explicó que gracias a la política de derechos humanos del gobierno nacional encontró otra motivación para dar su testimonio.

También declararon Graciela Villarreal, su Hermano Jorge Raúl, Ana Ferrari, su ex esposo Manolo Fernández, el hermano de éste Ricardo y Carlos Usinger. Todos militantes de la Juventud Peronista que estuvieron detenidos en el SI, que sufrieron secuestros, privación ilegítima de la libertad y tormentos.

Entre las atrocidades que se contaron en el juicio, se destacaron dos testimonios que complicaron al seriamente al cura de Casilda y ex capellán de la Jefatura de policía, Eugenio Zitelli.

Ana Ferrari recordó que cuando la trasladaron a la Alcaldía de mujeres, a metros del SI, el cura Eugenio Zitelli –capellán del la ex Jefatura de Policía–, les habló a las presas y les dijo que tenían que entender “que la tortura era un arma más de la guerra que estamos viviendo”.

En otro de los testimonios brindados la jornada de este martes, Jorge Raúl Villarreal, también atestiguó que pudo ver al mismo capellán “en un momento en el sótano del SI, donde estaban todos los detenidos, golpeados y torturados”. Villarreal aseguró que “era el capellán porque lo conocía de hace varios años, ya que había sido el cura que dio el último adiós en el velorio de mi padre, quien había sido un funcionario administrativo de la policía provincial”.

En este juicio se investiga a seis acusados de haber integrado la patota de Feced, que operó en el centro clandestino de detención del Servicio de Informaciones de la Policía de Rosario durante la dictadura –el mayor centro de exterminio montado por el aparato del terrorismo de estado en la provincia de Santa Fe–.

Los imputados son los ex policías Ramón Rito Vergara, Mario Alfredo Marcote, José Carlos Scortechini; el civil Ricardo Miguel Chomicky, el comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, Ramón Genaro Díaz Bessone; y el ex oficial de policía José Rubén Lofiego. A estos dos últimos se les imputa además 17 homicidios.

Fuera del tribubal, desde las 11, organizaciones de derechos humanos y sociales nucleadas en el Espacio Juicio y Castigo, realizaron una radio abierta para acompañar a los testigos y querellantes.

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