Lesa humanidad: el juicio del nieto 120: Condena y restitución



Un tribunal condenó a 8 años de prisión a una apropiadora y 6 a la médica que fraguó la certificación del parto. Además, ordenó restablecer al joven los apellidos de sus progenitores.


La Justicia condenó a ocho años de prisión a Cecilia Góngora por la apropiación de José Luis Maulín Pratto, e impuso seis años a la médica Elsa Nasatsky, por falsa certificación del parto. Sin embargo, ambas continuarán en libertad. El hijo de  Rubén Maulín y Luisa Beatriz Pratto fue sustraído en Reconquista en 1977 y recuperó su identidad en 2009. La apropiadora condenada es la hija de un civil de inteligencia que trabajaba para la Fuerza Aérea.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe condenó el miércoles pasado a la apropiadora de José Luis Maulín Prato y a la médica por la falsa certificación del parto, la cual dio lugar a la documentación que facilitó la perpetración del delito.
El fiscal general Martín Suárez Faisal se manifestó conforme con el veredicto, aunque había pedido 10 años de prisión para cada acusada y el inmediato encarcelamiento de ambas. Por mayoría compuesta por José María Escobar Cello y María Ivón Vella y con la disidencia de Luciano Homero Lauría, el tribunal dispuso que Góngora y Nasatsky continúen en libertad hasta que el fallo adquiera firmeza.
Suárez Faisal destacó también la declaración de falsedad del certificado de nacido vivo y del acta de nacimiento de la víctima, y la orden para que el Registro Civil de Reconquista –ciudad donde ocurrieron los hechos– “efectúe las rectificaciones correspondientes y expida nueva documentación que acredite la verdadera identidad” de quien fue falsamente inscripto como hijo de Góngara y de su esposo, fallecido, Luis Ángel Segretín, quienes le pusieron como nombre José Luis. En efecto, en su alegato el fiscal había solicitado que se resolviera de esta forma, en virtud de que la propia víctima lo había requerido durante el debate.
Góngora fue condenada en carácter de autora de los delitos de retención y ocultamiento de un menor de diez años de edad previamente sustraído, falsificación ideológica de documento público y alteración de su estado civil, en concurso ideal. Nasatsky, en tanto, fue considerada autora y partícipe necesaria de la falsificación ideológica de documento público y alteración del estado civil de la víctima, respectivamente, en concurso ideal, y fue absuelta del delito de retención y ocultamiento de un menor de diez años previamente sustraído.
El tribunal fijó para el seis de octubre al mediodía la audiencia en la que dará a conocer los fundamentos de la decisión.

El caso
José Luis nació el 26 de marzo de 1977 en el Sanatorio Reconquista y fue inmediatamente inscripto como hijo de Góngora, hija de un agente civil de la Fuerza Aérea que prestaba servicios en la Brigada Aérea de El Palomar, y de Segretín, un empleado de la terminal de ómnibus local.
El padre del niño a esa fecha se encontraba privado de la libertad en el penal de Coronda, tras su secuestro el 19 de octubre de 1976. La madre, Luisa, fue hostigada por miembros de la policía provincial, quienes desde el secuestro de Maulín empezaron a irrumpir frecuentemente en el domicilio de la pareja, incluso para someter a abusos sexuales a la mujer embarazada y maltratar a sus otros hijos. Esos hechos fueron acreditados en otro juicio.
Una semana antes del nacimiento, y en el contexto de violencia que sufría la familia, una tía de Luisa le presentó a Góngora y le dijo que esa mujer “le iba a ayudar con el bebé”. El 26 de marzo, cuando Luisa comenzó con contracciones, llamó a su tía para que la acompañara al hospital. Pero esta le dijo que debían concurrir al Sanatorio Reconquista.
Al día siguiente, alguien –se sospecha que fue Segretín– sustrajo al niño del centro de salud. El 29 de marzo, Nasatsky (que se comprobó que era una “vieja conocida” de Góngora) certificó falsamente el nacimiento, documento con el que días más tarde el propio Segretín inscribió a José Luis como su hijo y el de su esposa en el Registro Civil.
Por entonces, Rubén seguía detenido pero ya como preso político. Luisa, después del parto y durante mucho tiempo, siguió siendo visitada por la misma patota policial. La abuela de José Luis, Ana Elena, se ocupó de los niños y acompañó a Luisa en el reclamo por su marido y su hijo robado. Cuando Rubén Maulín recuperó su libertad, en 1982, ambos se presentaron ante la justicia para reclamar por el niño pero no obtuvieron respuesta y les dijeron que no podían hacer nada.
José Luis recuperó su identidad recién 32 años después, el 15 de mayo de 2009, cuando conoció el resultado del examen de ADN que se realizó en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

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