San Nicolás: Señalizaron un ex centro clandestino de detención y tormentos
Por María Virginia Bertetti. El viernes 28 de septiembre se llevó a cabo en la ciudad de San Nicolás la señalización del ex centro clandestino de detención que funcionara en la “Brigada de Investigaciones”. Miembros de organizaciones de Derechos Humanos a nivel local, provincial y nacional, militantes, estudiantes y nicoleños se dieron cita frente a la vieja casona de Alem 114 para presenciar un acto de Memoria, Verdad y Justicia.
¿Porqué cantamos?
(…) nadie les ha explicado con certeza si ya se fueron o si no si son pancartas o temblores sobrevivientes o responsos ven pasar árboles y pájaros e ignoran a que sombra pertenecen (…) (Desaparecidos – Mario Benedetti)
Viernes de nubarrones oscuros en San Nicolás. Es la hora señalada para la Memoria, Justicia y Verdad. Las banderas flamean en la calle Alem. La Brigada de Investigaciones tendrá, a partir de este mediodía tan esperado, la señal del terror que reinó en sus paredes, hace tan poco tiempo, allá por los setenta.
Entre 1976 y 1983 funcionó un centro clandestino de detención en la “Brigada de Investigaciones” de la ciudad de San Nicolás, ubicada en Alem 114, a muy pocas cuadras del centro neurálgico de la misma.
Ya desde el año 1975 se registraron casos de torturas entre sus paredes y el horror forma parte de la historia de esta casona. El Terrorismo de Estado en la región estuvo comandado desde el Área Militar 132, con asiento en el Batallón de Ingenieros de Combate 101, dependiente del Primer Cuerpo del Ejército. De acuerdo a investigaciones judiciales y testimonios de testigos y sobrevivientes en la “Brigada de Investigaciones” fueron secuestrados militantes de diversas organizaciones políticas y sociales, quienes luego fueron trasladados a otros centros clandestinos de detención, alojados por años en cárceles comunes, asesinados o desaparecidos.
Muchas de estas historias además contaron con la complicidad civil y eclesiástica. Durante el mes de mayo de 1977 estuvo secuestrada en este lugar María Regina Spotti, quien estaba embarazada de dos meses al momento de su desaparición.
Esta señalización se da en el marco del Primer Juicio Oral por delitos de Lesa Humanidad cometidos en la ciudad durante la última dictadura cívico-militar y viene a marcar un importante mojón en la búsqueda de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Esta jornada fue organizada conjuntamente por la Red federal de Sitios de Memoria del Archivo Nacional de la Memoria, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, junto con la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y la Mesa de la Memoria por la Justicia de San Nicolás.
Además, contó con la participación de sobrevivientes, militantes y alumnos de diferentes escuelas de la ciudad que se acercaron junto con muchos nicoleños presentes en calle Alem. Están en algún sitio Los acordes del himno nacional saliendo del saxo de Manuel Mesías dieron inicio al sencillo acto y se descubrió la placa que informa el pasado oculto de la vieja casona. Entre abrazos y cantos de los presentes se acercó al micrófono José María Budassi, el “Cholo”, para dejar su palabra en el viento.
Sintiéndose comprometido por la causa de los que ya no están, el Cholo, que también ha pasado por este “chupadero”, ha dedicado su vida entera a la lucha por los derechos humanos. Justamente, este 28 de septiembre es su cumpleaños y lo festeja entre los luchadores que lo acompañan adonde vaya.
“Estamos aquí porque la consigna que cantaban las Madres “Juicio y Castigo a los Culpables” la venimos acompañando en esta ciudad desde los albores de la democracia. Basta recordar el año 1996 cuando se cumplieron 20 años del Golpe Cívico Militar. Fue cuando en la Plaza de Mayo apareció la bandera de H.I.J.O.S. a tomar la posta en la lucha contra la impunidad.
En esa década del Olvido y el Silencio un puñado de compañeros nos reunimos en la calle, frente al Palacio Municipal. Lo rodeamos con una inmensa bandera argentina y colgamos las fotos de los compañeros desaparecidos de San Nicolás. Lo hicimos en la calle, con las puertas cerradas del Palacio Municipal, porque nos negaron hacer un acto en el recinto del Concejo Deliberante.
Transcurrió una década de obstinada memoria, para que en el 24 de marzo de 2006 nos abrieran las puertas y nos dieran la palabra. En el 2008 los ediles aprobaron por unanimidad la declaración por la cual el 19 de noviembre (aniversario de la Masacre de la calle Juan B. Justo) se celebra el Día de la Memoria para los Nicoleños”, comenzó Budassi, haciendo recuento.
“El 24 de marzo de este año –continuó Budassi– el actual Concejo Deliberante aprobó una declaración de apoyo para que sea señalizado este sitio. También la Cámara Baja y el Senado de la Provincia han declarado su beneplácito por este acto de reparación histórica. Estamos aquí por los compañeros sobrevivientes que estuvieron detenidos y secuestrados en este sitio, incluso desde 1975, como Julio Pheulpin y el Turco Schiel con quienes reconocimos judicialmente este ex Centro Clandestino de Detención en 2009. Estamos aquí por Regina, que es un nombre entre treinta mil”.
El sonido de los bombos, los aplausos y las emociones ya no contenidas dio el marco de fondo a las palabras que se sucedían. Victor Almada, el compañero de Regina Spotti y querellante en la causa contra Saint Amant no se despegaba de su lado y la emoción se le notaba de lejos.
Todo está guardado en la memoria
A continuación, tomó la palabra el Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto. Destacando el rol de Nestor Kirchner en el proceso de juzgamiento de los genocidas resaltó la consigna de “adonde vayan los iremos a buscar”. “Ahí estaremos nosotros levantando las banderas de los compañeros. Mientras exista un lugar más, un compañero más, un testimonio más, mientras yo esté a cargo de la Secretaría de DDHH de la provincia vamos a demarcar absolutamente todo, una baldosa, una comisaría, un regimiento o un multimedio, como en el caso de Bahía Blanca, acusando a todos los responsables, civiles y militares del peor genocidio que se haya cometido en la República Argentina a partir del 24 de marzo del ´76”, afirmó Carlotto levantando las banderas de las organizaciones de Derechos Humanos.
“Estas cosas no solo son un alivio, un mimo al alma, y no es solamente para aquellos que estuvimos afectados directamente por la dictadura militar sino por todo el pueblo que también fue afectado de alguna u otra forma. Estar aquí con los compañeros que han sobrevivido y tener esta placa en esta comisaría que aún funciona, y que cada vecino de San Nicolás que pase por acá sepa y lea, y que pasen las escuelas y los jóvenes, este es realmente el gran logro que nosotros tenemos. Hace diez o quince años atrás no pensábamos ni locos que íbamos a poder hacer esto”, sostuvo.
Judith Said, Coordinadora Ejecutiva del Archivo Nacional de la Memoria y de la Red Federal de Sitios de Memoria también estuvo presente y dejó su testimonio frente a la brigada señalada: “es un trabajo colectivo, este no puede ser un trabajo de uno solo, tenemos que tener todos la sabiduría y la inteligencia para poder transmitir lo que fue este período nefasto de nuestra historia, tenemos que subrayar lo que es la educación en Derechos Humanos, ponerlo también en el contexto en el cual estas cosas sucedieron, porqué los compañeros eligieron el camino de la lucha y de la resistencia. Creo que eso es algo que también tenemos que conocer y tenemos que transmitir a las nuevas generaciones. Tenemos que reforzar la idea de que no han podido y que hoy estamos aquí, levantando las banderas de nuestros compañeros que han sido desaparecidos. Esto es algo muy importante de destacar porque no podemos ver solamente un aspecto de lo que fue la última dictadura militar en Argentina, sino que también tenemos que ver los antecedentes.”
El arte como resistencia
Para ir finalizando el acto, tres estudiantes de secundarias públicas de la ciudad, dieron lectura a un poema de la escritora local Lily Canals, quien también estuvo presente frente a la brigada. El duo Huitral dio el broche de oro al asunto, apoyando con la música una lucha de tantos que ahí se habían congregado. Más lágrimas de emoción rodaban por las mejillas de los presentes, mientras las banderas se iban alejando y todos nos quedamos tarareando las estrofas de “todos cantamos” que dicen algo así: “Cantamos porque el río está sonando/y cuando el río suena, suena el río./Cantamos porque el cruel no tiene nombre/y en cambio tiene nombre su destino./Cantamos porque el niño y porque todos/ y porque algún futuro y porque el pueblo./ Cantamos porque los sobrevivientes/y nuestros muertos quieren que cantemos”. Que así sea.