Sigue en suspenso el juicio Díaz Bessone
Tal cual lo viene haciendo hace varias semanas, el defensor del ex jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, Ramón Genaro Díaz Bessone, logró una vez más suspender el inicio de su alegato con la excusa de que su cliente “no está en condiciones” de darle “instrucciones”.
La última audiencia de la semana pasada había sucedido lo mismo. Gonzalo Miño, el abogado particular del principal acusado del juicio, insistió con el planteo con el que hace tres semanas viene posponiendo el último de los alegatos del proceso oral y público, el suyo. La chicana de Miño consiste en sostener que su cliente, por razones de salud, no puede ya instruirlo a cerca de cómo tienen que enfocar su defensa, y que por eso no puede iniciar su alegato.
Este martes, luego de una serie de cruces con los jueces del tribunal, los magistrados decidieron hacerle lugar una vez más a los caprichos del defensor, pero finalmente pusieron fecha para este jueves a la nueva pericia que resta realizarle a Díaz Bessone y que deberá zanjar la polémica instalada por el abogado del genocida. Si Los peritos acreditan que el imputado puede continuar con el proceso, el próximo lunes Miño deberá comenzar con su alegato, en cambio si los médicos del cuerpo forense de la Corte Suprema de la Nación dictaminan que no está en condiciones, el máximo represor con vida de los que actuaron en Rosario durante la dictadura, quedará apartado del procesos y el juicio seguirá sólo para el resto de los imputados.
En la audiencia de este martes, las chicanas de Miño llegaron incluso a colmar la paciencia de los magistrados ‒que han sido por demás de tolerantes con los artilugios de defensor‒, quienes resolvieron imponerle un “apercibimiento”.
En definitiva la audiencia empezó alrededor de las 10 de la mañana, Miño hizo sus planteos, los jueces cortaron para deliberar en un cuarto intermedio, y decidieron fijar la fecha de la pericia a Díaz Bessone para este jueves y reaundar el debate el lunes 5 de marzo. Otra vez, Miño se salió con la suya.
En el proceso son juzgados además Díaz Bessone los ex policías José Rubén el Ciego Lofiego, Mario el Cura Marcote, Ramón Rito Vergara, José Carlos Scortechini y el ex detenido político acusado de “colaboracionista” Ricardo Cady Chomicky.
A lo largo de un año y medio largo de audiencias, el TOF escuchó a más de un centenar de testigos que estuvieron alojados en la mayor centro de detención que funcionó en el Servicio de Inteligencia (SI) de la policía de Rosario durante la dictadura, y por el que se estima pasaron cerca de 2.000 personas.
La fiscalía y las querellas de HIJOS, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Familiares, coincidieron en solicitar prisión perpetua para Díaz Bessone y Lofiego, y 25 años de reclusión para Marcote, Vergara y Scorteccini, por privación ilegítima de la libertad, aplicación de tormentos y asociación ilícita. Mientras que la Liga Argentina por los Derechos del Hombre incluyó en esa última lista al Cady. En el caso de Chomicky la fiscalía pidió su absolución.
La última audiencia de la semana pasada había sucedido lo mismo. Gonzalo Miño, el abogado particular del principal acusado del juicio, insistió con el planteo con el que hace tres semanas viene posponiendo el último de los alegatos del proceso oral y público, el suyo. La chicana de Miño consiste en sostener que su cliente, por razones de salud, no puede ya instruirlo a cerca de cómo tienen que enfocar su defensa, y que por eso no puede iniciar su alegato.
Este martes, luego de una serie de cruces con los jueces del tribunal, los magistrados decidieron hacerle lugar una vez más a los caprichos del defensor, pero finalmente pusieron fecha para este jueves a la nueva pericia que resta realizarle a Díaz Bessone y que deberá zanjar la polémica instalada por el abogado del genocida. Si Los peritos acreditan que el imputado puede continuar con el proceso, el próximo lunes Miño deberá comenzar con su alegato, en cambio si los médicos del cuerpo forense de la Corte Suprema de la Nación dictaminan que no está en condiciones, el máximo represor con vida de los que actuaron en Rosario durante la dictadura, quedará apartado del procesos y el juicio seguirá sólo para el resto de los imputados.
En la audiencia de este martes, las chicanas de Miño llegaron incluso a colmar la paciencia de los magistrados ‒que han sido por demás de tolerantes con los artilugios de defensor‒, quienes resolvieron imponerle un “apercibimiento”.
En definitiva la audiencia empezó alrededor de las 10 de la mañana, Miño hizo sus planteos, los jueces cortaron para deliberar en un cuarto intermedio, y decidieron fijar la fecha de la pericia a Díaz Bessone para este jueves y reaundar el debate el lunes 5 de marzo. Otra vez, Miño se salió con la suya.
En el proceso son juzgados además Díaz Bessone los ex policías José Rubén el Ciego Lofiego, Mario el Cura Marcote, Ramón Rito Vergara, José Carlos Scortechini y el ex detenido político acusado de “colaboracionista” Ricardo Cady Chomicky.
A lo largo de un año y medio largo de audiencias, el TOF escuchó a más de un centenar de testigos que estuvieron alojados en la mayor centro de detención que funcionó en el Servicio de Inteligencia (SI) de la policía de Rosario durante la dictadura, y por el que se estima pasaron cerca de 2.000 personas.
La fiscalía y las querellas de HIJOS, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Familiares, coincidieron en solicitar prisión perpetua para Díaz Bessone y Lofiego, y 25 años de reclusión para Marcote, Vergara y Scorteccini, por privación ilegítima de la libertad, aplicación de tormentos y asociación ilícita. Mientras que la Liga Argentina por los Derechos del Hombre incluyó en esa última lista al Cady. En el caso de Chomicky la fiscalía pidió su absolución.